viernes, 17 de junio de 2011

Los cocodrilos

Los polos Lacoste son una de mis prendas favoritas en el mundo (no para mujer, obviamente, con pechos no funcionan, es más complicado de lo que parece lo de los pechos). Si fuese hombre, en verano, no llevaría otra cosa. Yo, de niña, llevaba vestidos Lacoste (absolutamente geniales, son como los polos pero en vestido), fui adolescente en una época en la que los Lacoste se consideraban pijos y horribles y vi cómo, pocos años después, se convertían en un clásico (es bastante guay ver cómo una prenda se convierte en un clásico), lo que significa que pasaron a ser de dominio público, llevables e interpretables por todo tipo de hombres, de todas las edades, años tras año. Y casi siempre con buena fortuna. Hay pocas posibilidades de que un polo Lacoste quede mal, siempre favorecen, a no ser que se compren del color equivocado (mejor no intentar ser muy audaz) o en la talla equivocada. Y no solo no pasan de moda, también saben envejecer, como la gente bien educada. Un Lacoste viejo es muy sexy. Yo, que tengo cierta manía a comprarlo todo por duplicado o triplicado (supongo que por inseguridad o miedo al abandono o algo así. Ya. Claro.), nunca soy tan feliz como cuando acompaño a algún amigo a comprar polos Lacoste y se compra tres de golpe, después me lo imagino llegando a su casa y poniéndolos en una pila de Lacoste altíííííísima, que llega hasta el techo, y se me hace la boca agua. Y después, me imagino la pila de Lacoste cayéndole sobre la cabeza y sepultándolo. Noooooooooooo...¡es broma!
Bueno, queridos, la foto de hoy (de Cecil Beaton) no tiene nada que ver con el tema, lo siento, todos los cocodrilos que he encontrado eran feos, pero es una fotografía a la que me gustaría ir a vivir de vez en cuando, dando por sentado que los hombres están a punto de llegar, claro.
Feliz fin de semana, pequeñuelos.

4 comentarios:

  1. Pienso en la película de Wes Anderson, The Royal Tenenbaums, y en el personaje de Margot interpretado por Gwyneth Paltrow, que sólo viste un vestido Lacoste...

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  2. Los cocodrilos verdes decidieron dejar las aguas de las ciénagas y de los ríos para nadar en un universo de hilos y de mil colores. Mítico y bello, el cocodrilo verde. Mítico y bello, Lacoste.

    La verdad es que de pequeño no había grandes soluciones para el verano, y esta era la solución rápida, práctica y bella...Polos para los paseos de la tarde, exhibiendo el saurópsido arcosaurio verde con su boca roja abierta. En esos mares de algodón verde, azul, rojo, etc (nada de audacias, thanks Mother) solía terminar alguna mancha de helado de vainilla que se derretía en el cucurucho. Imaginaba entonces, mente infantil, mente sana, mente loca, que mi alligator caminaría hasta la mancha para devorarla y hacerla desaparecer...Pero no. De ahí a la lavadora...y también imaginaba que mientras los polos daban vueltas y vueltas en el tambor mis pequeños cocodrilos se desprendían de los polos para nadar un rato entre pompas de jabón y suavizante...creo que por eso envejecían con dignidad...

    Abandoné la niñez y adolescencia temprana y con ellas a mis cocodrilos...Opté por los patos salvajes emprendiendo el vuelo...Lo que sí tuve claro es que jamás llevaría conmigo a ningún jugador de polo que se llamase ralph...Pero lo mismo me animo un día a que me acompañes a comprar un polo lacoste...ahora que las rebajas asoman las orejas...

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  3. Hola Olga:
    Sí, recuerdo la película, muy interesante estéticamente.

    Hola Gil:
    Es genial que de niño imaginaras que los cocodrilos se comerían las manchas de helado y nadarían en la lavadora. Me encanta.

    Besos.

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  4. http://www.cuantarazon.com/245119/mientras-tanto

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