jueves, 29 de diciembre de 2011

Entender la ropa



Entender la ropa es un poco como entender a las personas. O sea, la labor de toda una vida. Casi nunca es algo automático. Hay que aprender a mirar la ropa un poco desde lejos, sin pensar inmediatamente en cómo nos quedaría o en si nos la podemos comprar. Hay ropa que a mí me parece muy interesante, que jamás compraría, ni llevaría, pero que he aprendido a respetar. Veo cómo está hecha, el trabajo, no solo el diseño, la confección, la intención que hay detrás, la voluntad. Y disfruto. La pobre loca con cara de estar a punto de descubrir una vacuna contra el cáncer mientras toca la manga de una chaqueta, la pone del revés e intenta ver cómo está hecha, soy yo. Yo no voy de compras, voy de expedición. Y cada vez tengo menos afán de poseer. De hecho, me visto siempre igual, tardo unos 30 segundos. El abrigo de la foto, lo compré hace un par de semanas, en Londres. Es una pieza única, diseñada en Inglaterra (por unos tíos que se llaman Bl^nk) y fabricada en la India. Normalmente detesto todo lo étnico, no me gusta la artesanía, pero en este caso, era imposible no sucumbir al encanto de este abriguito. Los colores, el algodón indio tan viejito, tan blando, el estampado medio descolorido, el hecho de que sea reversible, los botones cuadrados, el corte perfecto (a pesar de ser una prenda tan relajada), esa pinta, medio Mary Poppins bohemia, medio Cadaqués, y el pespunte rosa (al descubrirlo, casi me muero). Todavía no me lo  he puesto, todavía no sé exactamente cómo, y, de todos modos, hace demasiado frío. Pero ya he empezado a dibujarle una primavera a su medida.
Feliz jueves, queridos míos.

4 comentarios:

  1. En mi caso la ropa busca entenderme a mí. Es una relación extraña y fascinante a la vez. El otro día paseé entre ropa, prendas maravillosas. Me habría llevado toda la tienda. Pasear así la tarde de un 24 de diciembre después de comer y tocar los tejidos, notar su suavidad, ver sus colores y formas, su caída, sus colores...salir con un par de bolsas...Es, como dices, disfrute, aunque en esta ocasión el destinatario no seré yo.

    Este abrigo me fascina. Por ser una pieza única, como un cuadro. Por hacer que te formules preguntas...¿cómo? ¿cuándo? ¿con qué? ¿en qué circunstancia?...

    Ese diálogo que a veces tengo yo con los zapatos por las mañanas. Hoy vosotros descansáis. Mañana, si no llueve, ya veré si os dejo salir a la calle. Vosotros: regresad al armario que no es vuestro tiempo. ¿Ellos? Ellos vinieron de italia y merecen trato preferente. ¿Vosotros? Vinisteis de rebajas y os adoro, por sencillos, por llevables, por tener la personalidad inquieta de quienes saben pasear desapercibidos, pero que son capaces de dejar huella aunque sea en las duras aceras.

    Dibújale una primavera a su medida. ¿No lo ves reposando en el sofá, respirando, esperando cubrirte para salir contigo?

    I am crazy...but I like it...

    kiss

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  2. Pues yo tengo muchísima curiosidad por saber cómo te vestirás para festejar Nochevieja, suponiendo que lo celebres, claro. ¿Escribirás al respecto?
    Besos,
    P.

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  3. Hola Glibert:
    Yo no hablo con la ropa, pero claro, yo tengo hijos pequeños, así que ya tengo mi ración diaria de conversaciones locas...
    Un beso.

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  4. Querida P.:
    Faltan unas pocas horas para Nochevieja y no tengo ni idea de cómo me vestiré, ni de lo que haré... Pero será en alguna casa amiga. Supongo que un vestido de seda, la cara lavada, algún perfume que me recuerde al verano (limón, menta, etc), zapatos planos (o descalza, o con unos calcetines gruesos), una copa de vino en la mano...
    Feliz año. Un beso grande.

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